martes, 4 de noviembre de 2014

Despedida

Saludos.
A partir de hoy les informamos que no habrán más publicaciones por problemas tanto escolares como personales por parte de ambos administradores.
Gracias por leer.

David y Melissa 

lunes, 27 de octubre de 2014

Síndrome de prader willi

Es una enfermedad congénita (presente desde el nacimiento) que afecta muchas partes del cuerpo. Las personas con esta afección son obesas, tienen disminución del tono muscular y de la capacidad mental, al igual que glándulas sexuales que producen pocas o ninguna hormona.
Causas

El síndrome de Prader-Willi es causado por la carencia de un gen en parte del cromosoma 15. Normalmente, cada uno de los padres transmite una copia de este cromosoma. La mayoría de las personass con este síndrome carecen del material genético en parte del cromosoma del padre. El resto de las personas con frecuencia tiene dos copias del cromosoma 15 de la madre.

Los cambios genéticos ocurren en forma aleatoria. Las personas que tienen este síndrome por lo general no tienen antecedentes familiares de la afección.
Síntomas

Los signos del síndrome de Prader-Willi pueden verse al nacer.
Los recién nacidos suelen ser pequeños y flácidos.
Los recién nacidos varones pueden tener criptorquidia.

Otros síntomas pueden abarcar:
Problemas para comer durante la lactancia que llevan a un aumento de peso deficiente
Ojos en forma de almendra
Desarrollo motor retardado
Cráneo bifrontal estrecho
Aumento rápido de peso
Estatura corta
Desarrollo mental lento
Manos y pies muy pequeños en comparación con el cuerpo del niño

Los niños presentan una ansiedad intensa por la comida y harán casi cualquier cosa por obtenerla, lo cual puede producir un aumento de peso incontrolable y obesidad mórbida. Dicha obesidad puede llevar a que se presente diabetes tipo 2, hipertensión arterial y problemas pulmonares y articulares.

Pruebas y exámenes

Hay disponibilidad de pruebas genéticas para evaluar el síndrome de Prader-Willi en los niños.

A medida que el niño crece, los exámenes de laboratorio pueden mostrar signos de obesidad mórbida, tales como:
Tolerancia anormal a la glucosa.
Nivel de hormona insulina en la sangre por encima de lo normal.
Disminución del nivel de oxígeno en la sangre.
Respuesta insuficiente al factor de liberación de hormona luteinizante.

También puede haber signos de insuficiencia cardíaca derecha, al igual que problemas de rodilla y cadera.
Tratamiento

La obesidad representa la mayor amenaza para la salud. La reducción de las calorías controlará la obesidad, pero la familia, los vecinos y las autoridades escolares deben trabajar juntos muy de cerca, ya que el niño intentará obtener alimento donde sea posible. Asimismo, el ejercicio puede incrementar la masa corporal magra en los niños con este síndrome.

La hormona del crecimiento está aprobada por la Administración de Drogas y Alimentos (de los Estados Unidos) para el tratamiento del síndrome de Prader-Willi. Ésta ayuda a:
Mejorar la fortaleza física y la agilidad
Mejorar la estatura
Incrementar la masa muscular magra y disminuir la grasa corporal
Mejorar la distribución del peso
Incrementar el vigor
Incrementar la densidad mineral ósea

Ha habido algunas preocupaciones de que tomar hormona del crecimiento puede llevar a que se presente apnea del sueño. Un niño que toma hormonoterapia necesita que le realicen estudios del sueño anuales para vigilarlo en busca de este tipo de apnea.

Los bajos niveles de las hormonas sexuales se pueden corregir en la pubertad mediante hormonoterapia.

tomado de:  http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/001605.htm

jueves, 25 de septiembre de 2014

Síndrome de Tourette

El síndrome de Tourette es un trastorno neuropsiquiátrico heredado con inicio en la infancia, caracterizado por múltiples tics físicos (motores) y vocales (fónicos). Estos tics característicamente aumentan y disminuyen; se pueden suprimir temporalmente, y son precedidos por un impulso premonitorio. El síndrome de Tourette se define como parte de un espectro de trastornos por tics, que incluye tics transitorios y crónicos.
El síndrome de Tourette se consideraba un raro y extraño síndrome, a menudo asociado con la exclamación de palabras obscenas o comentarios socialmente inapropiados y despectivos (coprolalia), pero este síntoma está sólo presente en una pequeña minoría de afectados. El síndrome de Tourette ya no es considerado una enfermedad rara, pero no siempre es correctamente diagnosticado porque la mayoría de los casos son leves y la severidad de los tics disminuyen en la mayoría de los niños a su paso por la adolescencia. Entre 0,4% y el 3,8% de los niños de 5 a 18 años pueden tener el síndrome de Tourette; la prevalencia de tics transitorios y crónicos en niños en edad escolar es alta, y los tics más comunes son parpadeo de ojos, toser, carraspear, olfatear y movimientos faciales. Un Tourette grave en la edad adulta es una rareza, y el síndrome de Tourette no afecta negativamente a la inteligencia o la esperanza de vida.
Por lo general, los síntomas del síndrome de Tourette se manifiestan en el individuo antes de los 18 años de edad. Puede afectar a personas de cualquier grupo étnico y de cualquier sexo, aunque los varones lo sufren unas 3 ó 4 veces más que las mujeres.
El curso natural de la enfermedad varía entre pacientes. A pesar de que los síntomas oscilan entre leves hasta muy severos, en la mayoría de los casos son moderados.

David...

domingo, 7 de septiembre de 2014

revista

a continuación les dejaremos la muestra de nuestra de nuestra revista sobre salud mental, esperamos que sea de su total agrado.



muchas gracias
melissa y david

viernes, 23 de mayo de 2014

Psicología del niño sordo


Problemas de Atención

La persona oyente, pese a estar absorto en una actividad determinada, está recibiendo, a través de la audición, información de los cambios que se producen a su alrededor (captación de fondo). La persona sorda no dispone de esta fuente de información, por esto interrumpe su actividad para controlar en forma visual el ambiente. Está pendiente de todos los estímulos que están a su alrededor, como una forma de estar en contacto con el medio. El niño sordo en clases, observa la misma conducta, y se le considera con problemas de atención, aunque como cualquier niño también los puede presentar, aunque no es lo más frecuente.
Limitación de la Experiencia

Todo niño se enriquece con lo que ocurre a su alrededor, a través del sonido, las voces, el diálogo, las conversaciones en familia, etc. Como la persona sorda se encuentra aislada en su entorno, presenta una mayor inmadurez de experiencias y cultura. Al carecer de audición no podra llegar a dominar la realidad como otro que oye.
Cierto Grado de Concretismo

El niño sordo es naturalmente observador, y le es muy díficil inferir de aquello que no es observable e implique un grado de abstracción, como el paso del tiempo. Algunos púberes con déficit auditivo, presentan un grado de inmadurez en relación a aceptar sus errores, su capacidad de analizar sus dificultades de interacción que son la base de su conducta familiar y social. Aunque esto no está implicito en todos sus procesos de abstracción, esto se relaciona sobre aquellos que se precisa una deducción de lo que no es observable.
Acentuada Afectividad

En general, el sordo presenta una acentuada afectividad, por su situación de dependencia, aislamiento, dificultad de comunicación y de relaciones sociales en que lo sitúa su falta de audición. Tiene mayor necesidad de amor, amistad, aprecio y consideración, una acentuada sensibilidad a los roces con el medio que lo rodea, es más vulnerable a las emociones, por lo que se afecta con mayor frecuencia e intensidad.
Un aspecto del sonido es su capacidad para provocar y transmitir emociones. Por medio del tono y volumen de la voz nos informamos y reconocemos el enojo y el afecto. Aprendemos que la falta de concordancia entre el tono y el contenido pueden significar sarcasmo o emociones encubiertas: el tono de la ira es diferente del que se usa para la ternura y el amor. La relación del sonido con las emociones es, sin duda, una parte importante del lazo que une al hijo con su madre. Esto es captado y aprendido desde los primeros meses de edad.
Desde el punto de vista del desarrollo emocional, la falta de audición interfiere las condiciones de proximidad, y la facultad de identificar los sentimientos claramente.
Mayor dependencia

Es en la comunicación donde queda de manifiesto su gran dependencia. El interlocutor deberá hablar más lento, situarse con la luz de frente, vocalizar bien, etc. Es por esto que dependerá de la voluntad y paciencia del que habla. Esto para algunos puede ser molesto, más aún si el que habla se dirige en un plano de superioridad.
Permanentemente la falta de comprensión del mensaje, le obliga a solicitar su repetición. En algunas ocasiones requerirá de intermediario cuando necesite hacer un llamado telefónico o atender un llamado, cuando los tonos del hablante le impiden captar en todo el sentido el mensaje.
Agresividad, Brusquedad

Se tiende a calificar al sordo como una persona agresiva, y en realidad esto es una de las tantas conductas que puede presentar el individuo, que se desarrollará en relación al mayor o menor grado de hostilidad y armonía que tenga en su entorno. En este caso, la agresividad no se refiere a agredir a otro físicamente, sino a la brusquedad en sus juegos y/o en su forma de contactarse con otras personas. La agresividad en el sordo se ve más acentuada por tener que encauzarla a través del gesto o expresión corporal, al faltarle la habilidad oral que tiene el oyente.
Su limitación en el plano de la comunicación lo llevará en múltiples situaciones, a no comprender y a no ser comprendido, produciéndole frustraciones. Por ello mostrará conductas de irritabilidad, alejamiento, agresividad. Se debe tener presente que está más expuesto a ser marginado, violado en sus derechos; por lo tanto, sometido a abusos, injusticias, burlas, etc.
Sentimiento de Inferioridad

Los aportes que entrega la audición, en especial el aspecto de comunicación oral, son valorados o sobrevalorados por la persona sorda que carece de este sentido; enfrentada al oyente, hace que desarrolle más facilmente un sentimiento de inferioridad, ya que es aquí donde se hace más evidente su dependencia para establecer una relación comunicativa. A esto, agreguemos que está expuesto, al igual que cualquiera de nosotros, a no tener una oportunidad de ser apreciado por otras habilidades que posea.
Otro aspecto que lleva a veces a desarrollar sentimientos de inferioridad, son los problemas derivados de la no captación de fondo y de la falta de señal de alerta, señaladas anteriormente.

Como he mencionado a lo largo de estas páginas la influencia del grupo familiar, fundamentalmente de los padres, en el desarrollo emocional social de un niño sordo. El tener un hijo con un déficit, cualquiera que sea, remece el grupo familiar en su estructura interna. Aceptarlo toma un tiempo de procesamiento, situación que varía de una familia a otra, de una persona a otra. Por ello es tan importante señalar la fortaleza, perseverancia que deben asentar los padres, pues ello facilitará o entorpecerá el desarrollo emocional-social del niño.

En el caso de un niño con déficit auditivo, derivada de la ansiedd que sienten los padres porque desarrolle el lenguaje oral, olvidando sus otras necesidades como niño. Quizás por ello es muy importante que ambos padres mantengan y apoyen su mutuo equilibrio emocional, porque su hijo los necesita a ambos para ir concretizando y aposentando su relación social y equilibrio emocional.

Finalmente, es importante recalcar que el sordo puede tener un comportamiento psicológico totalmente normal o tan normal como el oyente; en el mismo grado en que el oyente tiene patologías psicológicas, el sordo también las puede tener.

El desarrollo psicológico del niño con discapacidad auditiva

De manera muy resumida, se han encontrado que los niños con discapacidad auditiva tienden a mostrar déficits en las siguientes áreas:

       Problemas de lenguaje. Por ejemplo, los sujetos sordos no pueden adquirir el lenguaje oral de manera espontánea.

       Problemas de memoria. En numerosas ocasiones se ha encontrado que los niños con problemas auditivos tienen una peor memoria que los oyentes, lo que se ha relacionado con déficits en las estrategias verbales que permiten el procesamiento de la información nmónica.

      Problemas de razonamiento. Por ejemplo, algunos trabajos describen cómo las habilidades mentales piagetianas se desarrollan de manera más lenta y difícil en niños sordos.

      Peores puntuaciones en CI. Aunque los datos son poco consistentes, muchos autores señalan que los niños con discapacidad auditiva obtienen una peor puntuación en los tests de inteligencia que sus compañeros oyentes (aunque sin llegar a considerarse dentro del retraso mental).

      Problemas escolares. También son frecuentes los trabajos que muestran las dificultades de adaptación escolar de estos niños y la existencia de un peor rendimiento escolar.

      Dificultades en lecto-escritura. Dentro del ámbito escolar, la lectura y escritura se suelen ver bastante afectadas, lo que de nuevo se ha relacionado con déficits en las estrategias verbales que permiten algunas de las vías de acceso a este tipo de comportamientos.

      Comportamientos disruptivos. Como por ejemplo rabietas, tirar cosas, portarse mal, etc.

      Inadaptación y aislamiento social. En muchas ocasiones, las personas con sordera muestran problemas de adaptación social y una cierta tendencia al aislamiento, que en los niños se manifiesta fundamentalmente en ausencia de juego y en dificultades para establecer amistades dentro del grupo de iguales.

No obstante y pese a que estos problemas están bien descritos en la literatura sobre el tema, son muchos los autores que señalan que la idea de que la sordera está asociada a problemas en el desarrollo, es algo que debe tomarse con bastante precaución. 

Discapacidad auditiva

Es un déficit total o parcial en la percepción auditiva. Si se pierde esta capacidad de forma parcial se denomina hipoacusia y si se pierde por completo se llama cofosis. Además puede ser unilateral o bilateral.

Las personas que sufren esta discapacidad tendrán problemas para oir y se verá afectada su la capacidad de comunicación.

Se detecta a través de una prueba de audiometría para percibir los problemas de intensidad y frecuencia con la que se detectan los sonidos.

La discapacidad auditiva puede ser un rasgo hereditario se puede sufrir a consecuencia de un traumatismo, una enfermedad, una larga exposición al ruido o por la ingesta de medicamentos demasiados agresivos para el nervio auditivo.

Dependiendo del momento en el cual se produzca la discapacidad, y en función de la adecuación del proceso educativo y/o rehabilitador, se encontrarán personas que realicen lectura labiofacial y que se comuniquen oralmente u otras que se comuniquen a través del lenguaje de signos (UCV).


Tomado de: http://universitarios.universia.es/

viernes, 9 de mayo de 2014

continuación II: Aspectos psicológicos de la ceguera



Sistema olfativo y gustativo:

Los datos del olfato y el gusto son transmitidos por sustancias químicas que forman parte de la materia. Los mismos se mezclan en el cerebro para una mejor interpretación sensorial.

Ambos sentidos están íntimamente relacionados en el desarrollo del reconocimiento y discriminación de olores y sabores.

El sentido del gusto puede percibir sólo cuatro cualidades: dulce, salado, ácido y amargo.

Este proceso de discriminación se complementa con los olores que llegan desde la cavidad bucal a la nariz.

La boca proporciona también información de la forma, textura y tamaño del objeto.

En los niños ciegos la función olfativa desempeña una función muy importante ya que utiliza este sentido como fuente primaria y complementaria de información del entorno. Los olores despiertan curiosidad, son un estímulo motivador para iniciar la exploración y clave para la orientación.

El sentido del olfato es muy importante para los disminuidos visuales.

Respecto a la identificación de olores, se ha observado que los videntes tienen una sensibilidad absoluta más desarrollada que los ciegos, mientras que estos son mejores en la tarea de identificación de olores.

Parece que el olfato sigue el mismo curso de adaptación funcional que el tacto o la audición en los disminuidos visuales, esto es, los ciegos no son mejores que los videntes para detectar la presencia de un olor, pero una vez detectado los ciegos son más capaces de categorizarlo.

Sistema táctil – kinestésico :

Barragá denomina así a los sentidos que tienen sus receptores en la piel (exteroceptores) y las articulaciones y los músculos (propioceptores) que comprenden el tacto, el movimiento, la posición, el equilibrio y las sensaciones de temperatura.

La percepción kinestésica es la capacidad de saber donde está ubicada cada parte del cuerpo en relación a su propio eje y al espacio inmediato vinculado con los objetos que lo rodean, permitiendo realizar los movimientos necesarios para una actividad. Las posiciones de los huesos, tendones y articulaciones informan al cerebro y éste orienta al cuerpo en el espacio. En ausencia de la visión la referencia que regula el equilibrio y los movimientos proviene del oído.

El sistema vestibular detecta la posición y el movimiento del cuerpo en el espacio a partir de la información suministrada por estructuras especiales ubicadas en el oído interno. Esta información pasa por lo general, desapercibida, pero resulta básica para los mecanismos que mantienen la postura y la coordinación de los movimientos.

En las personas con visión normal se produce una convergencia entre la información vestibular, la cinestésica y la visual. En las personas ciegas los receptores vestibulares tienen una importancia crucial.

Las sensaciones cutáneas se producen por la acción mecánica del objeto sobre la piel y pueden ser: de presión, de vibración, de temperatura, de dolor, de escozor y de contacto. Los órganos receptores de estas sensaciones son los corpúsculos de MEISNER y los de PACCINI que se encuentran en determinados puntos de la piel llamados puntos de contacto.

Su distribución varía según la zona del cuerpo siendo más numerosos en la yema de los dedos.

Las sensaciones cutáneas de contacto están estrechamente ligadas a las kinestésicas y funcionan unidas a ellas en las manos, combinación denominada tacto.

La particularidad del tacto determina que las sensaciones propioceptivas causadas por el movimiento de las manos y su contacto con el objeto nos informa de las cualidades de éste.

Los cambios en la tensión muscular, junto con las sensaciones cutáneas nos informan sobre la temperatura, la tensión, la dureza, la rugosidad, etc.



Desarrollo de la sensibilidad cutánea.

De acuerdo a los datos disponibles se ha podido pensar que en las tareas relacionadas con la sensibilidad cutánea los niños ciegos suelen ser mejores que los videntes; pero por otro lado se observó que el umbral inferior de discriminación táctil en la yema del dedo índice derecho es más bajo en los niños ciegos ( lectores de braille ), que en videntes.

En la mayoría de los estudios realizados no se ha analizado la sensibilidad táctil evolutivamente, pero algunos parecen indicar que en los niños ciegos mejora con la edad y las diferencias con los videntes se hace más notable en la adolescencia.

Las tareas de discriminación de texturas, generalmente son realizadas con la misma habilidad por niños videntes y ciegos y parece mejorar con la edad especialmente a partir de los 7 años.

La discriminación táctil de la forma, especialmente cuando se trata de objetos desconocidos para los niños, está muy relacionada con el dominio de estrategias de exploración y por lo tanto con aspectos más generales del desarrollo cognitivo.

Contrariamente el desarrollo de la capacidad de discriminación entre distintas longitudes no parece estar ligado al desarrollo cognitivo general. Algunos autores señalan que los niños ciegos discriminan tamaños y longitudes con mayor precisión que los videntes.

Los datos respecto a la discriminación de pesos son muy escasos y, en términos generales, no se produce ninguna mejora entre 8 y 14 años, pero los niños ciegos se destacan más que los videntes en estas tareas.

Según Leonhardt a partir de los primeros días de vida el bebé ciego comienza a dar respuesta a las sensaciones que recibe del medio, mostrando actitudes de alerta y de placer cuando se acarician sus manos.

Al mes y medio ya puede discriminar las manos de su madre, manifestando aceptación de éstas y rechazo por las personas extrañas.

Estas conductas primarias de acercamiento táctil se ven afectadas cuando el bebé se siente rechazado.

Las primeras interacciones con el medio son de carácter global y lo realiza con todo el cuerpo, pero la boca y las manos son los principales órganos de conocimiento para la exploración de las cualidades de los objetos.

En el niño ciego el reconocimiento por la boca se mantiene durante más tiempo valiéndose de ella para una primera apreciación del objeto que complementará con las manos y otros sentidos.

A partir del año de vida el niño puede anticipar la forma del objeto conocido, porque sus manos adoptan la postura adecuada para sostenerlo. También puede buscar objetos que se han caído, rastreándolo con la yema de los dedos.

En los primeros meses de vida el niño no puede anticipar la fuerza que necesita para sostener un objeto. Alrededor de los 9 meses, al acomodarse los receptores musculares del hombro y del brazo, al peso variable, el niño comienza a anticipar correctamente el peso del objeto conocido. Al experimentar con objetos desconocidos el cálculo comienza a fallar porque aún no ha alcanzado la capacidad para generalizar las relaciones forma – tamaño – peso.

A partir de los 2 años aparece la respuesta anticipatoria que determina una conducta kinestésica más apropiada.

La percepción táctil provee información acerca de la rigidez del objeto, la unidad del objeto, la estabilidad del objeto y finalmente el peso, la textura, la forma y el espesor del objeto.

Las impresiones que se reciben por esos canales sensitivos brindan una información realista que debidamente procesada y analizada, permiten formar una idea de la situación que se debe enfrentar.

Continuación: Aspectos psicológicos de la ceguera


FUNCIONES PERCEPTIVAS.

Es el proceso por el cual se descubre, reconoce e interpreta la información procedente de los estímulos físicos.

Esta capacidad se incrementa y perfecciona a medida que la experiencia acumulada, respecto de una amplia cantidad y variedad de estímulos, se integra en estrategias cognitivas que el sujeto puede aplicar a nuevas situaciones problemáticas.

1) Exploración del objeto: es la cuidadosa inspección visual del objeto. Es necesario coordinar el enfoque y la motricidad fina con la actividad cognitiva, ya que el niño debe dar sentido y comprender lo que ve. El primer objeto de exploración es la cara humana (madre), contacto visual base de la capacidad del sistema visual.

A los 2 meses el bebé observa objetos y personas hasta 2 m.

A los 3 meses, exploración de sus manos en la línea media.

Entre 3 y 5 meses manipula objetos cerca de sus ojos.

A los 6 meses se interesa por objetos pequeños.

Entre los 7 y 8 meses explora visualmente objetos manipulándolos y observando el resultado de sus acciones.

A los 2 años explora el espacio lejano utilizando sólo la vista.

A los 4 años percibe detalles.

Entre los 5 – 6 años puede observar y aparear letras y palabras, es decir, elementos abstractos.

La disminución visual afecta mucho esta función, disminuyendo el deseo y la inclinación por explorar.

2) Reconocimiento de objetos: es la familiaridad con los rasgos que caracteriza un objeto y que lo diferencia de otros objetos.

A las 6 semanas se observa conductas que evidencian los reconocimientos de la cara de la madre. Este no es sólo de tipo visual.

Entre los 11 y 12 meses puede reconocer algunas formas o dibujos.

Entre 12 y 18 meses reconoce objetos como utensilios, ropa, etc.

Entre los 2 y 3 años reconoce representaciones visuales planas.

Esta función implica el empleo y la integración de todos los sentidos y es posible que su adquisición se vea afectada por la deficiencia visual, a corta distancia.

3) Discriminación del objeto: es la capacidad de percibir semejanzas y diferencias entre los objetos. Los niños con baja visión pueden ser incapaces de ver las diferencias, aunque sí hayan incorporado la capacidad de discriminar, lo que puede comprobarse permitiendo que el niño toque los objetos.

4) Memoria visual: es la capacidad de evocar imágenes de objetos o situaciones que ya no se encuentran presentes.

La evocación surge alrededor de los 8 meses y se manifiesta por el aumento de la atención, inhibición momentánea de la acción motora ante acontecimientos inesperados, e indicios de miedo ante acontecimientos discrepantes.

Esta capacidad mejora constantemente a partir de los 9 meses.

Entre los 3 y 5 años es capaz de recordar detalles, en dibujos complejos y entre los 6 y 7 años puede reproducir de memoria símbolos abstractos.

La capacidad de recordar y retener en la memoria se acompaña con la de realizar representaciones de lo que podría ocurrir en una circunstancia dada.

Las imágenes mentales de los niños disminuidos visuales no son tan fieles a la realidad como la de los niños con visión normal.

5) Identificación del objeto: es la capacidad de nombrar una cosa o responder a una consigna verbal seleccionando el objeto indicado. Está relacionado con la función simbólica.

6) Constancia del objeto: es la que indica al niño que el objeto sigue existiendo, aún cuando quede fuera del campo visual.

7) Relaciones espaciales: es la organización de los datos sensibles, que nos permiten obtener una representación de los objetos en el espacio y de sus relaciones.

La génesis de esta capacidad está dada por la progresiva integración de las sensaciones visuales, táctiles y kinestésicas, con la actividad motriz.

Las primeras ideas espaciales son de carácter topológico. En el período operatorio estas relaciones dejan lugar a las proyectivas y euclidianas y luego a las dimensionales.

Los conceptos más complejos que aparecen entre los 3 y 5 años son:

Figura – fondo.

Parte – todo.

Oclusión parcial.

Percepción de profundidad y perspectiva.

El niño con baja visión puede tener dificultades para interpretar estos fenómenos por lo cual deben trabajarse aspectos como el tamaño relativo, la elevación, la línea de base, la convergencia lineal y los matices tonales para que pueda comprender la representación bidimensional de la perspectiva.

Si las estructuras físicas del ojo funcionan normalmente, las células de la retina envían flujos de energía eléctrica a través del nervio óptico hacia el cerebro.

La cantidad y calidad de luz recibida por la retina genera energía que involucra al sistema neurológico.

Cada uno de los elementos del sistema debe trabajar sincronizadamente para el desarrollo de las capacidades visuales de fijación, seguimiento, enfoque, a acomodación y convergencia.

La acción de mirar provee al cerebro de una reserva de imágenes visuales, que son elaboradas y perfeccionados durante el desarrollo perceptivo.

La medida en la que un defecto en una o más partes del sistema visual afecta el desarrollo no se conoce bien aún; pero se desarrollarán con mayor dificultad o más lentamente.

Hay evidencia de que siempre que la luz entre al ojo, el desarrollo visual es posible; pero las distintas patologías determinarán dificultades en relación a:

el control de los músculos del ojo.

El enfoque del objeto visual.

La formación de imágenes significativas.
Si la información visual es borrosa o distorsionada se puede producir un impedimento en la adquisición espontánea del conocimiento visual. También presenta dificultades en la integración visomotora debido a la percepción desproporcionada de las formas, de las posiciones en el espacio, de la profundidad y de la falta de discriminación de formas por insuficiencia de contraste.

Estos niños necesitan ser enseñados a desarrollar sus capacidades perceptivas para lograr la mayor eficiencia de su potencia visual.

El sentido auditivo.

La discriminación del sonido es una adquisición bastante tardía en el desarrollo infantil. El primer estímulo auditivo al que responde el niño, es la voz humana. El proceso auditivo es muy complejo. Vivimos en un mundo sonoro y los sonidos provenientes de distintas fuentes no invaden permanentemente. La amplitud de estímulos sonoros permite el desarrollo y sensibilización creando un recurso para la seguridad y la defensa ante el peligro.

Hay una cantidad de sonidos sobre los cuales el hombre no tiene control y darle significado a estos sonidos es muy difícil cuando se carece de la visión. Para que adquieran significación debe estar acompañados con el estímulo táctil, lo cual es muy difícil de lograr naturalmente.

La carencia del estímulo visual produce una separación del ambiente físico que produce efectos diferentes según la etapa del desarrollo del niño.

En los primeros meses de vida, el bebé por reflejo gira la cabeza en dirección al sonido. La información sonora es utilizada por el bebé normal recién en el 5º o 6º mes; la discriminación de sonidos se da antes del primer año y luego la asociación objeto – sonido, excepto la voz humana que es el primer estímulo al que responde.

En el desarrollo evolutivo el niño debe adquirir la capacidad de localizar, interpretar y discriminar el sonido.

En el niño sin visión la retroalimentación de la conducta refleja al sonido por la imagen visual debe ser reemplazada con el contacto provocado para que pueda establecer la relación objeto sonido.

La capacidad de alcanzar un objeto, localizándolo sólo a través del sonido que produce bastante demora en adquirirse.(10 u 11 meses).

Según Barraga, la secuencia de aprendizaje para comprender y dar significado al sonido es la siguiente:

Conciencia y atención del sonido: respuestas activas de movimiento corporal cuando un sonido se relaciona con un objeto o acción particular.

Respuesta a sonidos específicos: comienzo de la coordinación audio – manual; manipulación de objetos para percibir el sonido que produce.

Discriminación y reconocimiento del sonido: utiliza el sonido para organizar sus movimientos y que puede asociar las voces y los objetos. Incremento de la memoria. Etapa muy importante para el niño ciego ya que la diferenciación de la fuente sonora lo estimula a desplazarse para encontrar el objeto.

Reconocimiento e interpretación de palabras: se organiza el lenguaje asociando la palabra con el objeto o con las acciones. Parte de la estimulación adulta.

Atención selectiva a instrucciones verbales: implica la selección entre sonidos que evidencian un incremento en la concentración.

Procesamiento auditivo para el aprendizaje. Desarrollo esencial para el progreso académico.

Algunos conceptos relacionados con el esquema corporal y orientación especial se adquieren a través del oído.

El sentido del obstáculo:

La habilidad para detectar obstáculos, es una de las funciones perceptivas en las que se han encontrado más diferencias entre ciegos y videntes.

El “sentido del obstáculo” o “visión facial” es el fenómeno perceptivo más llamativo.

Muchos ciegos sienten que pueden detectar obstáculos aunque no pueden explicar como lo realizan.

Es conveniente señalar que los ciegos tempranos, desarrollan más esta función que los ciegos tardíos.

Los datos disponibles sobre el desarrollo de la percepción auditiva en niños ciegos, son comparables a los disponibles acerca del desarrollo de la percepción táctil, pudiendo afirmar que no se encuentran diferencias entre ciegos y videntes en lo que se refiere a la descripción de fonemas o generalización de tonos, mientras que los datos comienzan a ser más difíciles de interpretar cuando se requiere de los sujetos que lleven a cabo tareas con requisitos cognitivos superiores.

Estudios realizados han mostrado que los niños ciegos son mejores que los videntes en tareas de extraer secuencias cortas de sonidos, de secuencias más complejas y que tienen una mayor amplitud de memoria para letras cuando éstas son presentadas acústicamente.

El oído contribuye, especialmente en el caso de los deficientes visuales a la estimación de distancias y a la localización de elementos en el espacio.

viernes, 25 de abril de 2014

Aspectos psicológicos de la ceguera

       

Cuadros comparativos en los que pueda observarse el desarrollo psicológico del niño ciego y del niño con disminución visual, en referencia a los siguientes aspecto. Evolución de la percepción: visual, auditiva, olfativa, táctil, gustativa. La evolución de la representación: imitación, lenguaje, juego. La evolución del conocimientos de sí mismo: el propio cuerpo, las partes que lo integran, los planos corporales, la ubicación de os objetos en relación con los planos de su cuerpo, desplazamientos.

El desarrollo es un proceso psicológico integrativo que deriva de la interacción del niño y su entorno.

Es un cambio que se manifiesta a través de conductas cada vez más complejas y que tiene lugar paralelamente al crecimiento determinado por el aumento del peso y la talla del niño.

Por lo general, el niño ciego, no presenta diferencias con relación al niño con vista en el crecimiento, pero sí se dan con frecuencia en el desarrollo.
En el niño ciego la evolución secuenciada se mantiene pero puede variar la duración de cada etapa.

El niño normal a través del establecimiento de una base madurativa que internaliza la percepción de sí mismo y lo diferencia de su entorno, accede a los diferentes esquemas organizativos. En el caso del niño ciego, su discapacidad modifica la regulación de sus adquisiciones dado que la visión provee la retroalimentación y al faltar todos los subsistemas deben readaptarse a esas condiciones.

Algunos estudios realizados indican que esta adecuación se realiza entre los 8 y los 30 días, y las conductas no difieren de aquellas manifestadas por el bebé normal.

Las primeras diferencias notorias en la habituación, se dan entre los 45 y 90 días, manifestándose una ausencia de control activo de los estímulos a través de mecanismos inhibitorios, trayendo como consecuencia n retraso en la adaptación al estímulo sonoro, aunque sean sonidos habituales.

El desarrollo de la motricidad en niños ciegos presentan ciertas diferencias que no constituyen una alteración, sino que son propios de la ceguera. Un ejemplo: la postura acurrucada del niño en la cuna, lo que le permite percibir la proximidad de distintas partes de su cuerpo, la ropa, etc. de esta manera construirá su espacio percibiendo los límites de su cuerpo que paulatinamente irá disociando del de su madre.

La construcción del espacio - tiempo se verán afectadas en el niño ciego, dado que las distancias existen para él en términos afectivos, vinculados a su relación con su madre primero y luego con los demás miembros de su entorno. El tiempo es una sucesión de sonidos y silencios y de sueños y vigilias.

La visión establece el primer nexo con el mundo objetivo. Al carecer de ésta los demás sentidos funcionan sin la integración perceptiva que aquella le brinda y sus experiencias serán necesariamente “intermitentes, dispersas, secuenciadas y fragmentarias”.

El oído es el único sentido que puede informar acerca de las distancias al niño ciego, pero no proporciona una información completa de la localización, la causa y el origen del mismo.

La falta de estímulo visual, limita la motivación para el desarrollo de las destrezas motrices, demorándose la adquisición de la deambulación. Los desplazamientos autónomos tienden a realizarse desde la posición sentado.

La carencia de aprendizaje imitativo de posturas, gestos y movimientos de quienes lo rodean pueden determinar cierta rigidez en su tonicidad y algunos desórdenes en la coordinación motriz y movimientos estereotipados.

Paralelamente al desarrollo motriz se produce el desarrollo cognitivo. El niño construye sus conocimientos a través de la actividad perceptiva y se amplían mediante el lenguaje. La falta de estimulación puede traer como consecuencia un desarrollo más lento de las capacidades. Scholl dice “parecería que las experiencias profundas a través de otras vías sensitivas pueden compensar en parte la falta de amplitud de la base sensorial”.

La dificultad para controlar el medio está íntimamente vinculada con la ceguera. Por lo general el niño ciego tiene tendencia al aislamiento y a la pasividad dado que el medio no sólo es menos atractivo, sino el riego que encierra el encontrar objetos que no se pueden anticipar y la desaparición de cosas y personas sin causa aparente. La necesidad de planificar los movimientos empleando su memoria, concentración e información sensorial limitada restringen la movilidad.

Estas limitaciones están potenciadas o relativizadas según la calidad del entorno que se le ofrece a sus vivencias.

El niño ciego percibe el mundo principalmente a través de sensaciones táctil kinestésicas. La información que se recibe a través del tacto en las cualidades de textura, peso, tamaño y forma que combinadas dan lugar al concepto de objeto.

La exploración táctil, juntamente con el oído integra la percepción del mundo que elabora el niño ciego. Aunque la información auditiva no permite conocer la naturaleza real del objeto, facilita su ubicación espacial.

Como esta exploración táctil para obtener la información que requiere la construcción de esquemas cognitivos es una actividad voluntaria debe ser motivada por el contacto, contrariamente a lo que ocurre con la vista y el oído, que se imponen al sujeto.

Como hemos desarrollado con anterioridad, al igual que el niño ciego las secuencias evolutivas en el niño disminuido visual siguen el mismo curso que la de los niños normales, pero la falta de visión normal evidencian un retraso en el desarrollo del funcionamiento psicomotor, como así también problemas de aprendizaje en aquellas funciones cognitivas con contenidos simbólicos y semánticos.

Estudios realizados con la misma patología y agudeza visual observaron desempeños diferentes debido a factores como la motivación, la inteligencia, la herencia y el entorno socio cultural.

Pero a pesar de que cada niño evoluciona de manera distinta, existen rasgos comunes de la discapacidad, a saber:

La información del niño con baja visión es menor en cantidad y calidad a lo del niño con visión normal, lo que influye en su capacidad para generalizar ya que no posee suficiente cantidad de imágenes correctas.

Cuanto mayor es la falta de visión, mayor es la limitación de la capacidad de imitación, lo que repercute en la adquisición de la función simbólica.

El ritmo de aprendizaje es más lento y le ocasiona mayor cansancio que al niño con visión normal.


El disminuido visual tiene que aprender a compensar el déficit perceptivo, que muchas veces es fuente de frustración y angustia, lo cual genera cierta inestabilidad emocional.

a) Evolución de la percepción: visual, auditiva, olfativa, táctil, gustativa.

1) Evolución de la percepción: visual, auditiva.

La percepción es el proceso por el cual se descubre, reconoce e interpreta la información procedente de los estímulos físicos.

Los organismos superiores captan del medio ambiente en que viven y de sí mismos diversas impresiones, que utilizan para mantener su unidad orgánica y para regular su conducta. El sistema nervioso es quién realiza esta función y las partes que se especializan en la recepción constituyen los sistemas sensoriales.

Las personas conocen su entorno a través de los procesos mentales básicos por los cuales codifican y transfieren la información, lo que les permite organizar y modificar su conducta según los datos que perciben y que integran en sistemas representativos. La relación que establecen con el mundo es a través de su cuerpo y la actividad es la base de toda adquisición intelectual.

A partir de su experiencia sensorio motriz el niño construye esquemas o mapas conceptuales que representan al mundo. Esta representación puede basarse principalmente en el sentido de la vista, el oído, el olfato y el gusto.

Toda la organización perceptiva y la conceptualización se estructurarán respondiendo al sistema sensorial.

Aspectos del desarrollo evolutivo del sistema visual.

El proceso de la percepción visual consiste en transformar energía física luminosa en representaciones internas de objetos y formas situadas en el espacio.

El sistema visual del ser humano adquiere la totalidad de sus potencialidades a través de un proceso que se desarrolla en el tiempo, comenzando en el embrión y alcanzando su madurez entre los 7 y 9 años de vida.

La primera manifestación del ojo en desarrollo aparece en el embrión de 22 días, en forma de 2 zurcos de los que emergen las vesículas ópticas.

En contacto con el ectodermo dan origen al cristalino en la 5º semana de gestación. Luego se forman las distintas capas de la retina y de ese mismo ectodermo surgen los músculos esfínter y dilatador de la pupila.

En el 3º mes, los ojos se localizan en la parte central de la cara con sus estructuras fundamentales ya delineadas.

La mayor parte de las malformaciones congénitas que se observa en el recién nacido, tienen lugar antes del 3º mes.

En la 13º semana de gestación, en el desarrollo normal, ya se detectan manifestaciones de funcionamiento visual madurativo, con capacidad de fijación.

Evolución funcional después del nacimiento:

La secuencia normal del desarrollo visual se caracteriza por la emergencia de varios esquemas fisiológicos y de conducta. Las capacidades funcionales aparecen en un orden consistente que seguirán el siguiente esquema:

A. Funciones oculo-motrices:

Estas funciones derivan del control de los músculos del ojo y de la coordinación de los demás músculos del organismo, con la visión. Son la base en lo que se conforma la capacidad perceptiva. La base anatomofisiológica de estas funciones son los 6 músculos extraoculares que movilizan el globo ocular para dirigir la mirada.

1) Fijación: es la capacidad de dirigir la mirada a un punto determinado y mantenerla en él al tiempo que se desea mediante la acción de los músculos rectos y oblicuos que movilizan el globo ocular. Esta función existe como reflejo desde el nacimiento pero con poca capacidad para el sostenimiento en el tiempo. Al mes de vida, el niño establece contacto ocular con su madre. La fijación progresa atraída por la luz, objetos brillantes y móviles hasta 2 metros de distancia. A los 3 meses fija la mirada en sus manos y en objetos pequeños a una distancia de 1 metro.

A los 5 meses, la fijación está totalmente desarrollada y bajo control voluntario.

2) Convergencia: es la habilidad para seguir un objeto móvil que se acerca al sujeto con ambos ojos. Requiere una coordinación fina de los músculos que controlan el globo ocular.

Al mes comienza la función desde una distancia de 12 cm., a los 3 meses ha progresado hasta los 7 cm., para la exploración de las manos en la línea media.

Entre los 7 y 8 meses la convergencia es consistente y bien coordinada. Al año esta función está bien establecida.

3) Enfoque o acomodación: es la capacidad de lograr una imagen nítida del objeto sobre la retina, ajustando la curvatura del cristalino a la distancia, mediante los músculos ciliares. Comienza a manifestarse a los 3 meses dentro de los límites de 10 a 50 cm. A los 9 meses alcanza un radio no mayor a 6 metros. A los 9 meses comienza a surgir la acomodación a distancias mayores que sólo adquiere buena focalización a los 2 años. Esta función queda totalmente adquirida a los 3 años.

4) Seguimiento: es la capacidad de mantener la vista fija en un objeto en movimiento, acompañando sus movimientos con movimiento del ojo. Surge entre la 1º y 2º semana de vida a un metro de distancia (luces u objetos grandes). Entre el 1º y 3º mes sigue personas o luces en la línea media y luego en correlaciones simétricas a ambos lados.

A los 6 meses se combina el movimiento de cabeza con los ojos para hacer el seguimiento.

Entre los 7 y 11 meses hace seguimiento vertical que estará desarrollado totalmente a los 18 meses.

5) Rastreo: es la exploración del espacio en búsqueda de objetos.

Requiere la coordinación de los músculos del globo ocular y del cuello para dirigir la cabeza.

A los 2 meses hace movimientos verticales de rastreo pero recién a los 6 meses estos movimientos tienen intencionalidad de exploración del espacio cercano. La exploración del espacio lejano se verifica recién a los 2 años.

6) Coordinación viso – motriz: es el control de la realización de movimientos del cuerpo en relación a lo que se observa. Base de la formación del esquema corporal y de la reconstrucción mental del espacio. Comienza a los 3 meses de vida con la exploración de la mano. Luego alterna entre la mano y un objeto y a los 6 meses logra la coordinación primaria ojo – mano.

Hasta los 9 meses perfecciona la habilidad. A los 11 meses el desarrollo visomotor involucra movimientos coordinados de ambas manos.

A los 18 meses puede hacer garabatos.

A los 2 y 3 años puede hacer movimientos imitativos.

A los 4 años esta coordinación está afianzada y le permite pintar, amasar, etc.

A los 6 años la manipulación fina está bastante desarrollada y favorece el uso de algunas herramientas.

A los 7 años se define el ojo y la mano dominante.

B) Funciones sensitivas:

Son aquellas que se relacionan con la recepción de estímulos visuales y derivan de la actividad de la retina. Ésta está formada en su parte central, “mácula”, por células llamadas conos; y en cuyo centro existe una depresión llamada fóvea.

Otras células como los bastones se agrupan en la periferia de la retina. Los axones de ambas células constituyen el nervio óptico, que se dirigen al lóbulo occipital del cerebro.

Estas células tienen la función de transformar la energía lumínica en energía nerviosa, que conducida al cerebro puede ser interpretada como imágenes visuales.

a) Luz: La luz es el único estímulo visual al que el recién nacido presta atención. Entre los 2 y 3 meses se observa un desarrollo macular que permite una eficiencia perceptiva lumínica diurna y nocturna.

b) Fusión: Habilidad que permite percibir una imagen única de las imágenes captadas por cada uno de los ojos y que se funden en una sola. En los primeros días de vida la visión es monocular. Al mes comienza la coordinación binocular que progresa rápidamente. Esta función está totalmente completa a los 3 años.

c) Contraste: capacidad de distinguir diferencias en el brillo de superficies adyacentes. Al nacimiento la capacidad es muy baja pero rápidamente va mejorando hasta el año, en el que la sensibilidad al contraste es buena a corta distancia.

d) Color: es la captación de la longitud de onda que reflecta el objeto, a través de las células de la retina mediante un proceso químico de transformación de los pigmentos fotosensibles que se encuentran en dichas células.

Algunas experiencias demuestran que en los 3 meses el bebé discrimina ondas lumínicas del blanco , negro, rojo, amarillo y naranja.

La posibilidad de reconocer y nombrar un color se da entre los 4 y 5 años.

e) Agudeza visual: es la capacidad de distinguir 2 puntos próximos como entidades separadas.

Los niños pequeños y los afectados por déficits múltiples no son capaces de responder a las pruebas ordinarias de agudeza visual.

f) Campo visual: es el área del espacio físico visible cuando el cuerpo, la cabeza y los ojos están fijos en un punto.

La evolución madurativa se estima en:

2 a 3 meses----------------60º------------------0,90 a 2 m.

6 meses-------------------180º------------------5 m.


Tomado de: http://ideasapiens.blogsmedia.com/psicologia/cognitiva/aspectos%20-_psic._%20ceguera.htm

martes, 22 de abril de 2014

Discapacidad visual



se define con base en la agudeza visual de la vista del ojo y el campo visual. Se habla de discapacidad visual del ojo cuando existe una disminución significativa de la agudeza visual del ojo aun con el uso de lentes, o bien, una disminución significativa del campo visual del ojo.

La discapacidad visual puede originarse por un inadecuado desarrollo de los órganos visuales o por padecimientos o accidentes que afecten los ojos, las vías visuales o el cerebro. El inadecuado desarrollo en la gestación da como resultado esta discapacidad, Así mismo podemos agregar aquella discapacidad que se gesta a partir de una enfermedad que provoca esa disminución de la visión, como son:

Cataratas Glaucoma Diabetes Tracoma Ausencia de Vitamina A

La dificultad que presentan algunas personas para participar en actividades propias de la vida cotidiana, que surge como consecuencia de la interacción entre una dificultad específica relacionada con una disminución o pérdida de las funciones visuales y las barreras presentes en el contexto en que desenvuelve la persona.

Respecto de las barreras, éstas son de diverso tipo, entre las más frecuentes se pueden señalar:

Ausencia de señales auditivas que reemplacen la información visual. Por ejemplo, si los semáforos no cuentan con señales auditivas, la persona cuyo remanente visual no le permita discriminar las luces, presentará mayores dificultades para cruzar las calles, situación que la hará más dependiente.

Ausencia de literatura en Braille o audio en las bibliotecas públicas. Por ejemplo, si una persona que presente ceguera o baja visión asiste a una biblioteca en busca de información, entretención o cultura y no encuentra textos adaptados en dicho lugar, verá disminuidas sus posibilidades de integración y crecimiento personal.

Ausencia de sistemas de escritura alternativos. Por ejemplo, si los textos escolares no se encuentran adaptados al sistema Braille niñas y niños que presentan ceguera no tendrán acceso a los aprendizajes en igualdad de condiciones, dificultándose a su vez su participación en clases e interacción con sus compañeros y compañeras.

Como se aprecia en esta definición, la discapacidad visual, no depende únicamente de las características físicas o biológicas del niño o niña, sino que se trata más bien de una condición que emerge producto de la interacción de esta dificultad con un contexto ambiental desfavorable.

Gracias por leer.

domingo, 13 de abril de 2014

Perfil psicológico: síndrome de Down



Hoy veremos el perfil psicológico de las personas con síndrome de Down.



Las personas con síndrome de Down desarrollan casi por completo su personalidad y su temperamento a los 12 años. Por lo tanto, los profesionales y familiares que tratan con estas personas deben tener en cuenta esta edad para influir positivamente en el período de tiempo más oportuno, buscando aumentar todas las capacidades y habilidades del niño, al mismo tiempo que se esta tratando de eliminar o reducir aquellos aspectos que puedan resultar ser un problema o les puedan ocasionar dificultades en su vida.


Los niños con síndrome de Down suelen presentar problemas de atención, a causa de alteraciones cerebrales y otras dificultades como:

-Dificultades para fijar la mirada.

-Dificultades de percepción o discriminación auditivas.

-Problemas de memoria auditiva secuencial.

-Cansancio físico.


La capacidad de atención es la base del aprendizaje, adquisiciones y progresos posteriores; por esto se debe entrenar esta capacidad y realizar actividades que ayuden a mantenerla y mejorarla. Para esto la infancia y edad preescolar son buenos momentos para ello. Realizando dichos ejercicios se pueden obtener beneficios como:


-Escuchar a los demás.

-Respetar el turno o momento para intervenir.

-Adoptar conductas que luego se exigirán en el aula.

-Mejorar su lenguaje.

-Fomentar las relaciones interpersonales.


es todo por hoy. Gracias por leer.

viernes, 4 de abril de 2014

Síndrome de Down

Algunos de las mayores causas de discapacidad hoy en día es el síndrome de down y hoy trataremos esta enfermedad.

Este síndrome es un trastorno genético causado por la existencia de una copia del cromosoma 21, en vez de los dos habituales, por ello también es llamada trisomía del par 21. Se caracteriza principalmente por la presencia de un grado variable de discapacidad cognitiva y unos rasgos físicos y faciales peculiares que le dan un aspecto reconocible.

Por  el momento dejaremos ahí.
Gracias por leer.

    

viernes, 28 de marzo de 2014

Temática

En esta oportunidad veremos una introducción más profunda sobre los temas que trataremos.

Primeramente trabajaremos algunos aspectos teóricos de las diferentes situaciones en las que se pueden encontrar las personas con las que tratemos.


Gracias por leer.

viernes, 21 de marzo de 2014

Introducción

Este blog tendrá como objetivo principal educar a las personas sobre los comportamientos y acciones que se deben tener en cuenta cuando se trata con personas en situación de discapacidad, en especial con niños.

Si bien hoy muchas ONGs destinadas a esta causa, es poco lo que hacen ya que les falta capacitación sobre el tema.